domingo, 25 de enero de 2009

HOLA CHICAS Y MUCHACHOS!!! LISTOS PARA EMPEZAR LA FACU

Trabajo para -Embajada de Oro de CONSUMER EROSKY.
Esto es en España pero, aquí, en Argentina tenemos los mismos espacios y ¡Mucho más!




Universitarios a los 60 años



Es tiempo de estudiar, de colaborar con la sociedad o de desarrollar la creatividad
Alrededor de 35.000 hombres y mujeres de entre 55 y 80 años acuden diariamente a las Universidades de la Experiencia o Aulas de mayores. Instituciones de enseñanza como la Universidad de Granada, la de Salamanca o la del País Vasco disponen de una oferta pensada para los más mayores, con una rebaja de hasta el 50% en las matrículas y un proyecto curricular adaptado a sus intereses, en los que el trabajo en grupo, conferencias y debates cobran mayor importancia que los manuales y exámenes. En la mayoría de los casos, el título que se obtiene tras finalizar los estudios no posee ningún valor académico o laboral, ya que el objetivo de estos cursos es bien distinto: persiguen promover la reflexión y la curiosidad por el saber, al tiempo que promueven relaciones intergeneracionales entre alumnos jóvenes y maduros.
El nivel académico de quienes desean matricularse en las Universidades de la Experiencia o Aulas de mayores carece de importancia, y así el perfil de los alumnos es muy heterogéneo: amas de casa y trabajadores de la construcción comparten pupitre con doctores o maestros de escuela. Según datos universitarios, el 8% alumnos de estas carreras no cuenta con ningún tipo de formación y el 5% ha cursado una licenciatura o un doctorado. La gran ventaja de estas aulas es que la experiencia vital de los asistentes, su sentido práctico y participativo posibilitan el intercambio de inquietudes, conocimientos no escritos o habilidades forjadas a lo largo de toda una vida.

El voluntariado, otra alternativa
Una fórmula que gana adeptos es la de ofrecer de manera gratuita horas del día para colaborar con la sociedad. En numerosas municipios las instituciones y asociaciones culturales locales precisan de personas con edades avanzadas que quieran realizar labores de guía turístico y así compartir sus conocimientos con los visitantes. En Aranjuez, ocho jubilados regulan el tráfico todas las mañanas y tardes a la salida del colegio; en Valladolid otros tantos pensionistas enseñan a los escolares el centro histórico de su ciudad. Pero el voluntariado no se limita a actuaciones puntuales, también se desarrollan programas continuos relacionados con acciones sociales, y para tomar parte en éstos los voluntarios reciben formación previa específica. Así, son muchos los mayores que de manera altruista dedican su tiempo a ayudar a personas que necesitan un acompañante, como enfermos, personas con minusvalías y centros de acogida de menores, los destinos preferentes en ese tipo de actividades. También las escuelas y guarderías encuentran en ellos experimentados contacuentos o narradores de aventuras propias. Las decenas de ONG distribuidas por la geografía realizan continuos llamamientos para que se unan a ellos no sólo jóvenes, sino también mayores con los que poder contar algún día de la semana.