miércoles, 16 de septiembre de 2009

ESTOY APRENDIENDO A GUITARREAR PARA ACOMPAÑAR A LOS FUNCIONARIOS Y A MI PRESIDENTA

Editorial de La Naciòn -La foto no-

Jubilados cada vez más indefen sos

La Anses dispone a su voluntad el destino de fondos previsio nales con el pretexto de lograr una discuti ble "rentabilidad social"

Noticias de Opinión:-para viarrapida-
Martes 15 de setiembre de 2009
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Publicado en edición impresa
Los jubilados y pensionados que, aun contra su expresa voluntad, han sido sometidos a la monopólica tutela de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) parecen estar condenados a tener que asistir, indefensos y sin derecho a objeción alguna, al manejo imprudente de los aportes que hicieron durante su trayectoria laboral, con la esperanza de poder vivir dignamente, llegado el momento de retirarse de las actividades productivas.

En su informe ante la Comisión Bicameral de Control de los Fondos de la Seguridad Social, el titular de la Anses, Diego Bossio, se preocupó por tratar de refutar las dudas generadas por el incierto destino de los fondos previsionales manejados por ese órgano gubernamental. Más de un analista sospecha que las inversiones realizadas por la Anses, consistentes, entre otras, en préstamos al Estado y a empresas en dificultades, no le aseguran un futuro promisorio al régimen previsional vigente.

El funcionario admitió que la Anses maneja en estos momentos alrededor de 120.000 millones de pesos, lo cual representa un incremento del 22,29 por ciento respecto de los recursos disponibles al 5 de diciembre último. De ellos, reconoció que 1787 millones fueron destinados "a financiar al sector público" y agregó que en el caso de las inversiones en el sector privado se consideran "la rentabilidad social y la capacidad productiva y de generación de empleo, cuidando los avales de las inversiones".

Es obvio que la masa de los jubilados y, asimismo, por lo menos algunos de los legisladores que asistieron a la presentación del informe, ignoran cuál es la definición y naturaleza de la citada "rentabilidad social". Tampoco queda en claro por qué en lugar de que esos fondos les aseguren su futura calidad de vida, mediante el incremento de los reintegros previsionales mensuales, los jubilados deben asistir, sin voz ni voto, a los manejos que de ellos hacen los funcionarios del Estado. Se trata de otra indebida postergación, que ha venido a sumarse al incautamiento compulsivo de los recursos previsionales depositados en las fenecidas AFJP, apoderamiento que ni siquiera respetó los seguros previsionales de retiro -contratos entre partes- ni los ahorros voluntarios de quienes aspiraban a mejorar sus haberes jubilatorios futuros.

También siguen pendientes otras explicaciones. Todavía se le siguen adeudando a la opinión pública los términos de la fórmula utilizada para determinar "bajo normas y criterios muy claros", según la interpretación del administrador de la Anses, los aumentos semestrales de las jubilaciones y cómo fueron pagadas las misivas remitidas, pocos días antes de las recientes elecciones, a cada jubilado para que votara al oficialismo.

Para el titular de la Anses, el trueque del sistema previsional mixto por el estatal generó una positiva "solidaridad intergeneracional". Cabría señalar que el término "solidaridad" implica cuestiones trascendentales que no deben ser asumidas a la ligera y mucho menos encaradas haciendo uso indiscriminado de los aportes controlados por la Anses.

A todo esto hay que agregar el incumplimiento por parte de la Anses de sentencias judiciales en juicios que se prolongaron durante años, consumiendo un tiempo que a los jubilados no les sobra.

Daría la impresión, pues, de que los funcionarios han interpretado a su conveniencia la denominación genérica de clase pasiva que distingue a los jubilados. Y actúan en consecuencia, imponiéndoles sus criterios y su voluntad, sin siquiera tomar nota de las opiniones en contrario, lo cual significa desentenderse del porvenir de quienes, por la fuerza, han tenido que resignarse a dejarlo en manos de un Estado irresponsable y dispendioso, sobre todo si se trata de favorecer a los amigos del poder.